lunes, 6 de diciembre de 2010

Que no me falten pañuelos

Cuando me desperté esta mañana, lo primero que sentí era que tenía todas las sábanas revueltas, me pesaba la cabeza como si tuviera un casco y notaba la garganta rasposa y seca de haberla tenido abierta toda la noche; lo siguiente fue darme cuenta del frío que tenía en un pie, recuerdo haber perdido el calcetín en la cama, a mitad de la noche y medio dormida, buscarlo con el propio pie, sin mucho éxito. Me he levantado, he sacado otro calcetín (más gordo) del cajón y me lo he puesto con mucho trabajo, tenía unas agujetas muy extrañas por el cuello... ay Marina, ¡que te has puesto mala! y cuando fui a respirar por la nariz no podía: estaba completamente atascada. Un show. Me picaban los ojos como si tuviera arena en ellos, así que casi dormida me fui a la cocina, me hice una manzanilla, un Vincigrip y de vuelta a la cama. 

Abrí los ojos de nuevo cuando sonó el timbre de la puerta. No estoy muy acostumbrada, así que primero pensé que era el del vecino, pero como siguió sonando un poco más a pesar de tener los oídos taponados, concluí que era el mío. ¿pero quién será? Son las 4 de la tarde...
- Hola? con una voz que parecía de hombre y completamente gangosa
- ¿Marina? somos nosotras!
La que hablaba era B, por lo que supuse que en el "nosotras" incluía a A. Ay mi cabeza! 

- Guapaaa ,la voz enérgica de B me taladraba la cabeza...
- Shhh, habla más bajo, que vaya cara que tiene la pobre. Te hemos sacado de la cama, no?
- No pasa nada...
- ¿Cómo que no pasa nada? Ya te vale a ti, eh? podías llamar para que vengamos a cuidarte, menos mal que me adelanté. Como no has cogido el móvil en todo el fin de semana, no he podido invitarte a la cenita del sábado ni a la merienda de ayer en el piso, y por eso te traigo la merienda a casa. Creo que te va a venir bien, en cuanto he hablado con B ha dicho que soy muy cursi, y se ha apuntado a la merienda, por ese orden.

A traía un termo pequeño metálico de Starbucks (regalo para ella de SuperA) lleno de chocolate a la canela que había hecho ella, así como unas magdalenas de zanahoria y unas galletas de calabaza con piñones: sabe que ¡me encanta cómo las hace! B mientras tanto había rebuscado entre las cajas un calefactor para el salón (¡ni eso había sacado!) y una mantita para mí. Yo estaba fafal, pero reconozco que después de su visita me encontré mejor. Son geniales, ellas y el chocolate a la taza con canela de A y sus magdalenas que aún ¡estaban tibias! La pobre en cuanto las sacó del horno las trajo para que las probara yo. No sé ni dónde dejé el móvil, así que después de que me llamaran las dos (cada una con su móvil) y buscar el sonido en vibración, han descubierto que estaba en el bolsillo interno del plumas (lo llevé el viernes al pub) Las dos querían quedarse a cuidarme, a su estilo: 
B, "un yogur, un cola cao caliente, vemos juntitas una peli..."
A, "te preparo una bañera bien caliente mientras que se hace el caldo, un analgésico y a sudar a la cama!"
Sólo he conseguido que se vayan tras haberme dado un buen baño ( me ha sentado de lujo) y B haya ido a la farmacia a por más munición. Y cuando he vuelto a la cama, estaba hecha y estaba templada con una bolsa de agua caliente. Hay que joderse: llevaba un montón de años queriendo tener una cama de matrimonio, como sale en las películas, para traerme a ligues a la casa, etc... y ahora lo único que he conseguido es no entrar nunca en calor con una cama tan grande y ¡tan vacía!, pero después de escribiros me acuesto más tranquila y feliz: tengo unas amigas estupendas que me quieren y me cuidan como nadie.    

Gracias a todos por leerme, ahora voy a dormirme otra vez y esperar que mañana me encuentre mejor.

2 comentarios:

  1. Recupérate pronto.
    Yo te entiendo muy bien porque cuando yo estoy acatarrada lo único que quiero y lo único que me cura son los típicos anticatarrales y cama, cama, cama y más cama... Después de un par de días casi en coma, empiezo a remontar.
    Un beso y cuídate y que te cuiden

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  2. Muchas gracias, Mer.
    Un besito muy fuerte para ti también

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