martes, 11 de enero de 2011

Por si me quedaba alguna sorpresa...

...llegó ayer sobre esta hora. 
Volvía a casa tan contenta después de una mañana encantadora con mis peques (les encantó el bizcocho) y cuando llego a mi puerta me encuentro a mi madre sentada en un escalón:
- Vaya horas de llegar, ¿no?
- ¿Perdona?
- ¡Que llevo esperándote aquí todo el día y no has contestado al móvil!
- ¿Pero qué haces aquí? ¿se puede saber qué ha pasado?
- Pues lo que iba a pasar... le he preguntado a un par de vecinas cuál era tu puerta, le dije que soy tu madre y me dijeron que era ésta, pero ¡como no tienes nombre en la puerta ni en el buzón...! ¡llevo todo el día sin comer y sin moverme de la puerta!
- "Lo que iba a pasar" ¿qué es? déjate de misterios y de dramas ¡y dime qué coño pasa!
- Que no tengo casa
- ¿¿¿¿Qué????
- Sí, no hagas más aspavientos, en castellano te estoy hablando o ¿estás sorda?
- Mira mamá, ahora mismo no creo que estés en situación de ponerte borde conmigo
- Siempre lo hago todo mal, para ti sólo tengo faltas, es que eres incapaz de escucharme o darme algo de apoyo (sollozando, pero sin echar una sola lágrima)
- Es que aún no sé porqué no tienes casa: cuando pasó lo de papá yo misma te llevé en el coche hasta la puerta y la semana pasada estabas de crucero, que, por cierto, se te nota el moreno...
 Y, mirando hacia otra parte, va y dice:
- Me han embargado...
Sólo pude abrir los ojos, tanto que pensaba que se me iban a saltar...
- Pero ¿tú no estabas de alquiler?
- Sí, pero eso es tirar el dinero, yo quería tener mi propiedad, así que me quedé con el piso y pedí una hipoteca
Yo me quedé sin habla, no podía hablar, ni gesticular, ni reaccionar, tan solo mantenía mis ojos lo más abierto posible. Mi madre, había sido recepcionista de un diminuto taller de barrio de coches durante los últimos 8 años, pero su sueldo es de 700 Euros. Aún no entiendo cómo se le ocurrió meterse en una hipoteca. Pero sin avalista no conceden nada... ¡ay por Dios!
- Mamá ¿quién era tu avalista?
- Tu padre
- ¿¿¿cómoo??? pero si papá ya tenía hipoteca con su mujer actual y además, ¡vosotros ni os mirábais! ¿cómo iba a avalarte papá?
- Mira, que no tengo porqué darte tantas explicaciones, con esto de la crisis, no he podido seguir pagando más y me han echado, los muy sinvergüenzas, que no tienen nombre, mucha chaqueta y carpetita, pero no tienen respeto por nadie, qué gentuza...

Muy bien, hablando después con mi hermano, me enteré que mi madre había chantajeado a mi padre (ya separados y mi padre casado y todo) para que la avalara porque si no lo denunciaba por malos tratos y no sé qué más... lo de mi madre es el colmo: no tiene un sueldo como para hipotecarse, pero ¡hala, qué más da! chantajea a su ex marido y encima "con la crisis no sigo pagando, pero me voy de crucero" Dios... toda una pesadilla.

Silencio...
- Bueno, ¿qué, vas a abrir de una vez o vamos a cenar en el descansillo?
Yo con este puñetazo metafórico, que traía algunas bolsas de la compra, no había notado que me estaban cortando la circulación de los dedos por el peso.
Una vez dentro, todo se complicó aún más. El ambiente era tenso, incómodo no, lo siguiente.
 - ¿Dónde dejo mis bolsas? ¡necesito darme una ducha ya!
 Mi madre se iba adueñando del piso a cada paso que daba, miraba mis muebles con indiferencia, por encima del hombro antes de soltar otra de sus "perlitas":
- Tú llorarás mucho, pero vamos, bien montado que lo tienes. Y yo en la calle, unas tanto y otras tan poco...
- Sólo te voy a pedir un favor, ¿vale? U-NO. Desconozco si tenías más sitios donde ir o no, supongo que no. Pero después de ignorarme durante años, denunciarme, chantajearme emocionalmente, sentirme huérfana por no poder contar nunca contigo, colgarme la semana pasada porque te pillaba de crucero y quién sabe cuántas cosas más, para quedarte aquí tienes que acatar mis normas.
1º Guárdate tus comentarios hirientes para otro momento, jamás te he pedido nada. 
2º Nos tenemos que sentar y me tienes que explicar todo lo relacionado con el embargo.

-Cuánto te gusta humillarme, lo que quieres es verme arrastada y sin nada, ¿no? ¡pues estarás contenta!
- Mamá, ahórrate el numerito, por favor. Son las 10 de la noche, vamos a sentarnos, me cuentas cuánto tiempo llevas sin pagar las mensualidades, si hay opción de solucionar algo, cómo podemos hacer cuentas, aclararme por qué cojones te gastas 2.000 Euros en un crucero si no pagas tu piso, en fin, algunas cosillas.
- Se te nota en la cara que estás disfrutando con esto...

Cerré los ojos suplicando que no estuviera pasando, que por favor fuera todo producto de mi imaginación, pero cuando los abrí de nuevo, la estampa seguía igual.

- ¿El cuarto de baño es al fondo? que quiero ducharme...
Y antes de que pudiera decir nada más había cerrado la puerta. La noche fue horrible, le preparé algo de cena, dejé arreglado el cuarto secundario y yo me fui a la cama. Se ha pasado toda la noche sin dormir, llamándome, porque estaba desvelada.
- ¿quieres que te haga una tila?
- ¡yo no quiero nada de eso!
- Bueno, intenta no pensar en nada y mañana veremos, ¿a qué hora entras a trabajar?
- me tienes que llevar sobre las 7 
- ¿cómo que "te tengo"? ¿y tu coche, también lo han embargado?
- NO, pero se averió antes de irme de viaje y en ese momento necesitaba despejarme e irme de vacaciones, no podía gastarme el dinero en el coche.
- ¿cómo puedes ser tan irrresponsable y quedarte tan tranquila? Yo lo siento mucho, pero no tengo ganas de llevarte al trabajo yo no te puedo llevar.
- ¿Por qué? ¿quieres que me despidan, no?
- A ver, al final de esta calle hay una parada de autobús, vete un rato antes y mira a qué hora pasa, yo es que no lo suelo coger nunca.
 Silencio...
- ¿Y por qué no me dejas tu coche?
- Porque yo también lo necesito.
- Mamá, me vas a perdonar, yo voy a intentar poner de mi parte, pero necesito que tú también hagas un esfuerzo...
- ¿Te parece poco esfuerzo dormir en esta cama? ¡ yo estoy acostumbrada a las de matrimonio! y en ésta tengo la sensación de que me voy a caer al suelo si me giro
- Bueno, yo reconozco el esfuerzo que estás haciendo y te lo agradezco...

Ya no pude pegar ojo. Esta mañana cuando me levanté no había ni rastro, pero estaban sus cosas. Esta tarde cuando he vuelto no estaban. Tampoco quedaba nada de la compra que hice ayer. La he llamado al móvil más de 15 veces, pero no lo ha cogido. Mi hermano tampoco, por supuesto. Espero que esté bien. Imagino que sí, de todas formas a mí estoy vaivenes me dejan agotada de energía. Me voy a acostar ya, no me gusta estar mal y que los niños me lo puedan notar. Tengo muchas ganas de llorar, añoro una familia normal, en la que la pirámide sea la lógica, padres de 50 y tantos que aún supervisen y protejan a sus hijos y no al contrario, necesito que alguien cuide de mí, estoy cansada de cuidarme yo sola.





2 comentarios:

  1. Uf!!, niña, qué fuerte!!

    Lo de tu madre no es echarle morro a la vida, es lo siguiente.

    Y encima que te ofreces a hacer el esfuerzo de acogerla y ayudarla a pesar de su comportamiento contigo hasta ahora, va y desaparece de tu casa sin dar explicaciones ni llamarte ni cogerte el teléfono... Increíble!!

    Mira, está claro que tu familia no es normal y que no podrás contar con ellos para que te cuiden como tú dices que necesitas. Por tanto, no pienses en ello y piensa en la gente que sí te ha demostrado cariño y que están a tu lado cuando lo necesitas aunque no les corra por las venas la misma sangre que a ti.

    Mucho ánimo, Marina. Y no llores que no vale la pena... Bueno, si lo necesitas, llora, pero lo justo para quedarte como nueva y luego mirada al frente y cabeza alta, que no eres tú quien no ha hecho bien las cosas.

    Un beso grande

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Mer! hoy estoy renovada. Los niños son la mejor medicina, al final me pagan por mejorar mi vida, ya verás. Esta mañana me desperté pensando que paso de todo el mundo, voy a ir a mi ritmo y todo tiene que salir bien.

    ¡Un beso muy fuerte!

    ResponderEliminar