miércoles, 14 de diciembre de 2011

Julio 2011

Entre días de un calor insoportable, barbacoas los fines de semana y turnos de noche (trabajo) de el enfermero pasó el mes de julio en un santiamén. El trabajo en la oficina era laborioso, pero no complicado. Cada mañana se prevee como una auténtica sorpresa: el jefe, de unos 68 años, tiene otro hermano trabajando también en la empresa (no más joven de 60) y junto con la hermana del exnovio de A y los dos técnicos de reparación e instalación, formábamos una plantilla muy dispar, pero bien avenida. 

B se vino unos cuantos días de vacaciones y C estaba a tope de trabajo en el pub, la terraza de verano estaba siempre llenísima, pero era un gustazo llegar y tener siempre mesa ¡Ya sé lo que sienten los famosos! Bueno, no os he contado, B se trajo a su recién estrenado novio (2 mesecitos) profesor de Educación física y entrenador personal, casi nada. Tanto para A como a mí nos parece un poco look arrastrado/perroflauta: entiéndase por esto un chico con una melena a lo pasión de gavilanes que parece que no se peina y con unos vaqueros como si se hubiera caído por una montaña pero que cuestan 200 euros. Es un poco el chico Decathlon por excelencia: canoa, rafting, puenting, escalada, alpinismo, esquí... así que por amor, empezamos a notar cómo B cambiaba sus conjuntos chic con cuñas vertiginosas por mini shorts vaqueros y sandalias planas (¡!) Imaginamos que se las ha tenido que comprar, no recordamos haber visto nunca un zapato plano en su armario. 
A C le parecía un tío que molaba, pero es que el estilo de ella es así también, algo perroflauta. C se compra su ropa en Natura y en los puestos de los hippies, asi que es comprensible.Pero esa noche de la terraza no es que la viéramos precisamente sonriendo a un perroflauta, no, era un poco destroyer el chico, pero guapo, la verdad. A cundo le vio dijo: este chico se perfuma con chulería en lugar de colonia y sí, la camisa negra de cuellos grandes, sus vaqueros blancos y sus 10 pulseritas de cuero y plata nos hacían entender que sonreía posando. Ahí había tema: ¡el mundo al revés! B, más conocida como miss tacón o no sin mis planchas del pelo apenas sin maquillar y babeando por un hippilongo y C la persona más desenfadada que conozco haciéndole ojitos al del anuncio de Axe.

Por esta época me había distanciado sin querer con pero, aunque intentamos adaptarnos, su ritmo de vida es bastante diferente: aunque es joven, ha adquirido pautas de comportamiento muy marujonas y de cuarentona (tanto ella como SuperD) y su plan consiste en ir a comer los domingos a las ventas de carretera (que la comida está muy buena, no lo discuto, pero nunca se apuntan a nada con nosotros). 

Aún así, estaba siendo un verano muy agradable.


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