sábado, 14 de enero de 2012

¡Sorpresa!

Se supone que, después del esfuerzo que me ha costado madrugar, debería estar estudiando. Pero mientras desayuno, os escribo y así desconecto un poco de la psicología cognitiva... Lo cierto es que me he alegrado mucho de escoger esta carrera (bueno, después de todo es que casi me elige ella a mí porque no me planteabla estudiar otra cosa si no era un master o algo así). Es una manera muy interesante de entender mejor cómo tratar a los niños aunque debo reconocer que yo hacía cosas por instinto que me funcionaban muy bien y han resultado ser acertadas. 
Hace días que no veo a los niños (desde el día después de Reyes) y están super altos, desafortunadamente o afortunadamente (no lo sé) las cosas han cambiado un poco entre nosotros: nos seguimos queriendo muchísimo, pero es verdad eso del roce hace el cariño y ya están más acostumbrados a otro ritmo sin mí. Yo también me siento emocionalmente más independiente de ellos y eso también puede ser bueno. Supongo que tener un trabajo en oficina con más adultos me hace sentirme más integrada y me da opción a socializarme mucho más. Y desde el accidente tengo más amigas jajaja. He pasado de los bebés a la tercera edad, ¡si es que no hay palo que se me resista!
Resulta que ayer, tras llegar de la oficina dispuesta a darme un super baño, ponerme musiquita y prepararme una sopita para cenar (sí, habéis leído bien: ahora como diferente ya que hay alimentos que no digieron bien por mi asuntillo de colon y lo cierto es que estoy más delgada) Fue soltar el bolso y sonar el timbre, pensé que era un cartero comercial, pero no: eran mis amigas testigo.

Señora 2: - ¡Marinita, hija, abre! Que venimos a verte!
Yo : - O.O 
Señora 1: - Dale más, que la puerta no se abre!
(Efectivamente, de la sorpresa aún no les había abierto, pero tampoco estaba muy segura de querer abrirles) ¿Quién va de visita sin avisar un viernes por la tarde? Ellas.

Señora 1 y 2 (unísono) : - Oohh qué delgadita sigues, ¡qué guapa!
Yo: - Gracias, ¿qué tal estáis? Qué sorpresa de veros por aquí
Señora 1: - Es que estábamos viendo la novela  de los tiempos revueltos y Adela estaba haciendo roscos, total que hemos pensado, pues cuando termine la novela, nos pasamos a verla. 
Señora 2: - Mira, te traemos unos rosquitos muy buenos para que lo comas.
Yo: (no los puedo comer) Ay, qué detalle, muchas gracias, pero no teníais que traer nada. De todas formas es que no debo comer cosas así, no me viene bien.
Ahora viene lo bueno...
Señora 2:- ¿Cómo que no?¡ pero si están riquísimos, cómo no te van a venir bien!
Yo: (quién me mandaría darles tantas explicaciones) Por lo del daño en el colon, que no me recomiendan comer dulces y grasas y muchas cosas
Señora 1:- ¿Pero estos no tienen grasa, eh? Que los ha secado todos en papel de cocina, vamos, que lo he visto yo...
Yo: - Umm... muy bien. Entonces... ¿ una infusión, un zumo, un café?
Señora 2:- ¡Ay qué maja es! Pues nada, ponnos un café con leche, pero clarito, eh?
Mientras yo iba a por el café, empezaron a contarme la novela (que me interesa bien poco) y cuando llegué justo para servirlos, zas!
Señora 1: - Marina, ¿cómo llevas el juicio?

El juicio es mi tema desagradable y como no me gusta pues lo ignoro para no pensar en él, por lo que cuando lo nombró me entró un escalofrío por el cuerpo...

Yo:- Ehmm, bueno, ahí va.
Señora 2:- Es que si es el día dos, nos tendrás que decir, porque yo no sé cuando me toca ni nada...
Y esto ya me dejó más muerta todavía a mí no me había llegado notificación de nada ni mi abogado me había dicho nada del día 2.
Yo:- Perdón, ¿¿¿¿qué dicen????
Señora 1: - Que nos ha llegado una carta, para el juicio antes del día dos. 
Yo me quedé muerta. Total, que ni infusión ni nada, estuvieron casi cuatro horas (!!!!) de cháchara en casa preguntándome por todo, si tenía novio, si no me sentía sola para pasar a decir frases como: "¡anda que no se está bien sola!, eh?  Le das alegría al cuerpo y después haces lo que quieres. "
Al final conseguí que se fueran diciendo que tenía que salir y que las acercaba yo a casa.

Señora 1:- Eso, y así te enseñamos la carta.

No las maté porque no mato, pero vamos, el tembleque que llevaba yo en el cuerpo por el tema del juicio sin saber yo nada, andaba extrañadísima con ganas de hablar con el abogado (le había dejado 3 perdidas en el móvil y no me contestó) 

Cuando entro en el universo de pañitos de ganchillo (suerte que no me preguntaran porqué yo no tenía puestos los que ellas me dieron), lo primero que me recibe es un olor a perfume cargadísimo y acto seguido me trae la carta de la ¡¡¡Junta de Andalucía!!! tenía que ir a la administración antes del día dos para aclarar un tema suyo. ¡Joder, qué susto!

Yo: - Esta carta nada tiene que ver con el juicio ¬¬
Señora 1: ¡Cómo que no! mira, ahí pone Juicio Andalucía
Yo:- No mujer, pone junta. 

Resulta que tienen la maravillosa costumbre de ignorar utilizar las gafas de vista, entonces cuando reciben una carta acaban inventándose las palabras según su imaginación. A mí me metieron el susto en el cuerpo, pero a ellas las dejé con tema de conversación por lo menos, ¡hasta el domingo!
Hace un rato me llamó el abogado y menos mal que yo ya sabía de qué iba todo, sino el se hubiera quedado tan extrañado como yo. ¡Vaya película!


Voy a seguir estudiando que me queda un poquito. Que paséis buen fin de semana.

1 comentario:

  1. Si no llegan a hablar contigo y tú a ver la cartita en cuestión, capaces las veo de presentarse el día 2 en los juzgados y colarse en cualquier otro juicio a contar lo que ellas vieron que le pasó a su Marinita, jajaja... Tremendas!!

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