jueves, 16 de diciembre de 2010

Y yo sigo aquí, esperándote...

Nada. Dos días desde que me llamó y no sé nada. Pero me ha buscado en Facebook y me ha llegado una solicitud de amistad. ¿Qué se supone que debo hacer?
- A ver, Marina, es que son tus cosas, no podemos decidir por ti... Por quedar a tomar algo (si llegáis a tomar algo) no tienes porqué agregarlo. Empezarías mirando sus fotos y escudriñando cualquier comentario que le hagan en el muro... Tú estás muy tranquila ahora para meterte en ese berenjenal.
- Ya... pero si me llama y me dice de quedar y yo no rechazo la invitación y ha vuelto contactar conmigo ¡no lo entiendo!
- Si es que no le tienes que entender, vamos a ver, tus sentimientos no dependen de él, no debes permitir sentirte mal. Tú quieres aclarar que pasa, no?
- Sí, A! ¡claro que quiero!  ¡pero no me llama y me siento como una tonta mirando todo el día el móvil!
-¡Marina, reacciona, coño! que la pelota no está en su tejado: está en el tuyo. Porqué esperar: mira, llámale tú. Si no quieres quedar, se lo dices y cortas este chantaje emocional y si quieres quedar, también se lo dices. Pero de la siguiente forma: Hola ***, ¿qué tal? ¿quedamos mañana a las 5.30 para el café que me dijiste? Si te dice que sí, bien. Si te dice que no, a tomar por el culo, ya sabes que estaba haciendo el tonto como siempre porque en el caso de que no le fuera bien la hora diría, "a las 5.30 no puedo, qué tal a las 7?" por ejemplo. Así que no dejes que dependa de él el hecho de que tú te sientas bien o mal. Pasando Marina, tú tienes una vida muy completa para que te dejes liar por cuentistas como él. ( las sesiones de psicólogos se le notan a A)

Silencio...
-Ya...
-Pues ya está, pero sobre todo, tía, piensa en ti.



He apagado el móvil, acabo de ignorar su invitación de Facebook, me voy a dar una ducha y a cerrar los ojos con fuerza para intentar dormir. Ya pensaré mañana si le llamo y si quiero tomar el dichoso café o no...

No hay comentarios:

Publicar un comentario