sábado, 18 de diciembre de 2010

Los cotillas

- No vayas a llorar más, ¿vale?
- Marina, no he echado ni una lágrima, pero no sé hasta que punto es mejor o peor: tengo una ansiedad y un pellizco...
- A, es que esa tía es una ¡zorra! yo también me levanté cabreada
- Yo encima de dormir mal, me he despertado hecha un ovillo. Estuve soñando que unos ratones me mordían los dedos de los pies y yo los agitaba para se soltaran, pero se quedaban colgando de los dientecitos. ¡Dios, qué desagradable, qué mal lo he pasado! Para colmo, me he puesto a buscar por internet el significado de soñar con ratones y no me ha dicho ni una cosa buena. 
- Qué le importará a ella, es que cada vez que me acuerdo...
- Es que me siento impotente, ¿cómo es posible que cotilleara, nos preguntara a saco y nosotras contáramos todo como gilipollas sin largarnos y dejarla con la palabra en la boca... Cómo no fui capaz de cortar la conversación... Yo no me quejo a nadie de mis cosas, mis problemas son míos, no le pido nada a nadie, me apaño con el poco dinero que tengo, ¿qué más le dará a nadie?
- No sólo nos preguntó todo lo que le dio la gana sino que ella no soltó prenda de lo suyo y encima se permitió el lujo de criticarnos
- Me siento más mal... tengo pena por dentro, no puedo llorar, pero tengo muchas ganas

Con A se pasó diez pueblos. A ver. La noche se torció desde el minuto 5 más o menos. Habíamos dicho de salir las niñas: A, C, D y yo (B está fuera trabajando) Super A se quedaba en casa y tal, pero D se presentó con su marido y con una pareja de amigos de ellos que no sólo no conocíamos sino que dirigían el cotarro. Nosotras queríamos ir a una tasquita que han abierto hace poco, es muy barata y se come bien, en cuanto el mandón (el de la pareja amiga de D y marido) nos escuchó, dijo: "ese sitio es una porquería, yo fui una vez y el camarero servía fatal, así que no pienso ir más. El mesón de la plaza sí que es un buen sitio para ir."

Nosotras, que somos tontas, no supimos contestar nada y a pesar de que llevábamos ajustadas las cuentas para cenar baratito, acabamos yendo a un mesón tradicional en el que te cobran casi por respirar. A y yo ya íbamos puteadas, pero lo bueno llega ahora. En cuanto entramos en el mesón se nos cambió la cara: nos encontramos a una mujer que coincidía con nosotras en el gimnasio cuando íbamos a la facultad. Ella siempre estaba enredando con A porque decía que le gustaba para su hijo, siempre queriendo vendernos al hijo (y ya ves tú, descubrimos hace unas semanas cómo era gracias a Facebook y tiene una cara de antiguo que no puede con ella) El caso es que cuando A empezó a sufrir de hipertensión y ansiedad por culpa del acoso de su trabajo, se la encontró y le dijo(A en ningún momento comentó que estaba sufriendo mobbing) que había que aguantar en los trabajos aunque se pusiera mala, que el tema laboral no estaba nada bien como para que andara con exquisiteces. (!¡)

En cuanto la vimos supimos que iba a soltar de las suyas. Así fue. La cogió por un brazo y empezó a disparar preguntas en plan: 
"¿cómo estás? ¿estás trabajando? ¿no estás trabajando? qué barbaridad! no puedes estar sin trabajo, que lo vas a perder, tienes que aguantar, ¿entonces ahora estás sin hacer nada? que el trabajo está muy mal, eh? no puedes dejar el trabajo así como así... ¿y de qué vives? ¿pero vives ya con tu novio? pues lo del trabajo es una locura tal y como está todo..."


Yo estaba bloqueada, A estaba descompuesta, le había dicho tres o cuatro veces que del trabajo prefería no hablar, pero consiguió que cantara como un pajarito. La mujer en cuestión acabó introduciendo al marido en la conversación y entonces él también se permitía opinar...  Dejaron a mi amiga blanca como el papel, con un nudo en la garganta y recordando todo el sufrimiento y la culpabilidad de este año y medio. Y la cotilla siguió conmigo:
" bueno, y tú qué? sigues trabajando en la empresa H? ¿que no?? pero bueno y entonces donde estás ahora? cuidando niños? pero eso qué es? para eso hay que estudiar puericultura... bueno, pero con un curso no se aprende lo suficiente para cuidar a los niños. Además, cuando esos niños crezcan, qué va a ser de ti? sin trabajo, con experiencia de niñera... deberías buscarte algo de verdad, así no vas a conseguir nada, esa mujer no va a estar teniendo niños eternamente sólo para mantenerte... Y tienes novio? estas más gordita, eh? ya no vas al gimnasio? es que te tienes que querer a ti misma, si no te quieres tú y te arreglas y te cuidas no va a haber chico que quiera nada contigo..."

Nos jodió la noche. A mi me cabreó, pero tras dos cervezas se me había pasado. Pero A estaba rota, volvió a sus sensaciones: muy culpable, se siente mal por todo, tiene miedo, sufre. A veces, cuando vamos por la calle me doy cuenta de que hace un barrido visual para detectar si se encuentra con su jefe. El cabrón no tenía ni idea, la explotaba para que ella lo hiciera todo, cuando él se equivocaba le echaba la culpa a ella, la tenía amenazada, la escuchaba a través de las puertas, no la dejaba vivir ni mucho menos trabajar. Aguantó 1 año de presión todos los días, pero su cuerpo empezó a decirle que parara: no dormía, tenía pesadillas todo el tiempo, vomitaba, empezó a tener migrañas crónicas, le subía la tensión de los ojos y la arterial. Le salió una dermatitis que ya no se le ha quitado: unas rojeces detrás de las rodillas que le escuecen todo el tiempo.Trabajaba enferma y los acosos seguían. Nunca era suficiente. Nunca lo hacía bien. La chantajeaba emocionalmente de una forma brutal. Y un día la tuvieron que ingresar. Se dio de baja y la seguían llamando para presionarla, para que volviera que había mucho que hacer... y no pudo más. Le cogió pánico a la gente y cayó en una profunda depresión. Los médicos no lo saben pero no se ha tomado ni una pastilla del tratamiento. Le mandaban dosis para dormir a un caballo, tenía terapias muy duras todas las semanas hasta que dejó el trabajo y ya no pudo seguir pagando 45 euros por cada sesión. Se está curando sola, pero le está costando el doble de trabajo. Aún así creo que va bien. Todos teníamos claro que era contraproducente que siguiera allí y ella también, pero le está costando horrores no sentirse culpable en cada momento. Culpable de dejar un trabajo fijo, culpable de sentirse tan débil, culpable por no haber sabido parar los pies a su jefe, culpable por vivir...

Y ahora que empieza a mejorar ,nos encontramos con la cotorra ésta y la ha hundido otra vez. 

Vamos a ver cómo lo solucionamos, esto va a costar... Pero desde aquí hago un llamamiento: que la gente se meta en sus cosas joder, si estoy gorda y cuido niños es MI historia, si mi amiga ha sido acosada en el trabajo hasta el punto de tener que dejarlo, demasiado ha sufrido ya como para que venga nadie a taladrarle la cabeza con que no debía dejar su trabajo. La gente es cotilla, es hiriente, desnuda a la gente hasta hacerla vulnerable y critica, porque no aconsejan. Y lo que más gracia me hace es que ellos son los primeros que se equivocan y los que nunca sueltan prenda de su vida. A cada uno nos corresponde nuestra vida, creo que con vivirla ya tenemos de sobra, no hay por qué ir metiendo cizaña en la de los demás. Nosotras somos incapaces de indagar tanto en la vida de alguien y atrevernos después a criticarla delante de su cara. 

Entre el mandón, la cotilla y el camarero del mesón, porque sí, nos tocó el camarero más impertinente que haya conocido nunca: cada cinco minutos venía a decir que si nos traía la cuenta. C se tomó un copazo para animarse antes de entrar a currar, pero A y yo estábamos desinfladas. Yo me tomé un zumo de melocotón y ella una tónica. Una noche de viernes apoteósica. Y en el fondo A tiene razón, está cabreada con ella misma por no ser capaz de cortar las situaciones complicadas y por permitir que le afecten, pero bueno, yo sólo sé decirle que eso le ocurre porque es muy buena persona y es cuando ella se echa a llorar.

2 comentarios:

  1. Segun iba leyendo me estaba imaginando la situacion y me ha dado mucha rabia, por la de veces que he estado en una situacion parecida y no he dicho lo que pensaba.. hay que intentar que no nos afecte lo que los demas digan pero es muy dificil... espero que si os encontrais otra vez a la cotorra esa o a cualquier otra persona parecida paseis de ella, que la vida no esta para amargarse por cuatro gilipollas amargados.

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  2. La gente no sabe donde meterse... A mí también me da mucha rabia la situación...
    Tienes suerte de tener tan buenas amigas como dices :)

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