jueves, 2 de diciembre de 2010

Vaya día

Diciendo desastre no me desahogo, ¡vaya mierda de día, joder!... 

Trabajo con una familia desde que la empresa en la que estaba antes decidió que era mejor que yo una chica que no sabía nada de administración, pero que era novia de uno de los encargados. Una chica de otro departamento, por aquel entonces necesitaba que alguien se quedara con sus dos hijos pequeños porque su madre estaba muy mayor y no le gustaban las guarderías (este es un tema para otro post, recordármelo). Así que cobré mi finiquito y me fui a cuidar de sus niños: uno de 2 años y medio y otro de 6 meses. Desde entonces ha llovido lo suficiente como para que el mayor vaya al colegio, el pequeño tenga ya 3 años y haya sido desbancado por una señorita de 8 meses toda una preciosidad. Mi trabajo consiste en llegar a las 8:30, acercar al mayor al colegio (aunque a veces lo llevan los padres) y dedicarme por completo a los otros dos hasta las 5 de la tarde. Si mañana me quedara embarazada podría cuidar al bebé con los ojos cerrados, nunca en mi vida pensé que iba a quitar tanta caca, ni tantos mocos, ni que iba a recibir tanto amor de unas personitas maravillosas. A, B y C dicen que tengo una paciencia que a ellas les falta; D sin embargo, siempre quiso ser mamá muy pronto. Y cumplió su sueño: en cuanto acabó COU, se casó y al año ya era mamá. Ahora tiene dos niños y es toda una madraza. B tuvo una etapa maternal, cuando Angelina Jolie adoptó a Madoxx, dijo que ella adoptaría también a un camboyano, que le encantaba esa opción. Se pasó meses pensando cómo le llamaría... quería ser madre soltera, pero cuando fuera "mayor", claro.

Hoy me desperté descansadísima disfrutando del calor que desprendía la manta de la cama. Miré el móvil, las 7:38. Perfecto, aún tengo tiempo... A las 7:48 me incorporo y pienso que el reloj de la estantería está estropeado, dice que son las 11:38. Bahhh, bobadas! Enciendo el portátil y veo que son las 11:45 !!! ?¿¿?¿qué narices pasa aquí?¿?¿ Pensé en ese momento en la clase de filosofía de COU en la que nos hablaban de si éramos títeres manejados por un ser maligno. ¡El ser maligno existe! me cambia los relojes de hora y ya no sé qué hora es de verdad. Lo supe en cuanto subí las persianas, no podía haber más luz... Voy a llamar rápidamente a mi jefa sin saber cómo disculparme,¡menuda vergüenza! y gracias a Dios, ella estaba plácidamente (qué mujer más paciente) con sus niños de paseo, ¡con mis niños! de paseo pensando que yo estaba arreglando asuntos en el banco. Como está embarazada otra vez, está de baja por no sé qué del azúcar o la tensión, no sé. Me fui rápidamente para la casa, para que descansara ella y yo trabajara, claro, que por algo me pagan. Los niños estaban viendo Barrio Sésamo (me descargué todos los capítulos en un intento de no acabar matando a Bob Esponja) y apenas me hicieron caso cuando llegué, pero cuando nos quedamos los tres solos, empezó mi querido Miguel con sus preguntas del "aquí hay tomate":
- Ummm... ¿ tú...tú por qué estás gorda? ¿también eres un huevo Kinder? 
Según mi jefa, había leído en un libro que debíamos explicar con metáforas prácticas el embarazo a los niños para evitar shocks postraumáticos cuando naciera el bebé, por lo que decidimos decir que mamá es como un huevo Kinder cuando está embarazada: le va creciendo la barriguita y, como al huevo, al final trae un regalito, que es otro hermanito más. Con estos niños y su madre ha funcionado muy bien, cuando nació Ana, sus hermanos estaban encantados con el regalito del huevo Kinder. Pero empezar llamándome gorda así...
- No, yo no soy un huevo Kinder, yo es que nací más grande y por eso ocupo más...
- ahhh... pero, pero y tú por cupar más, ¿comes mucho?
- Miguel, yo como con vosotros aquí en casa, ¿tú crees que coma mucho?
- umm... no ... yo e' que no te veo poque como me tengo que comer mi comida...

Después de comer, vino Tiana y el sapo y la luciérnaga y el cocodrilo y los romances. Aunque Miguel es tremendamente inteligente, tiene una curiosidad incansable y a veces creo que también tiene amnesia porque con cada película Disney en la que llega el beso siempre me pregunta si yo tengo príncipe.

- Pues claro que sí, mi príncipe ¡eres tú!
- jajaj... nooo! tu príncipe de verdad, para que te dé besos así (y se señala la boca)
- Bueno, esas cosas no se cuentan, ¡son secreto! Respondí, temiendo que siguiera hundiéndome en la miseria, pobrecito sin saberlo. Menos mal que sólo sonrió y siguió viendo la película.

Sé que no todo es tener novio, C me dice constantemente que los tíos son lo peor, que hoy en día podemos hacer lo que nos dé la gana sin necesitarlos, pero después veo a A con su SuperA(un chico guapo, que la quiere tanto y son tan felices) y yo también querría tener mi ¡Super M!
A ha vivido historias de amor apasionantes, ella es una mezcla bien hecha de las 4 chicas de Sexo en Nueva York, ha sufrido por amor también y ha estado soltera coincidiendo siempre cuando las demás teníamos novios. Pero ella ha disfrutado (y cuando digo disfrutar no es que se haya dedicado a acostarse con todo lo que se mueve)  de su soltería sin tener esa dependencia de un chico, hasta que llegó SuperA y supo que es el hombre de su vida y desde luego, hacen una pareja fantástica. 

B era la que a los 15 años parecía más independiente, siempre decía que tendría miles de novios, que cada día de la semana saldría con alguien, que tendría un chico para ir al cine, otro para cenar, otro para salir a bailar... y al final... desde los 16 años con relaciones de varios años cada una. Con novios a cada cual más absorbente: ahora se encuentra perdida, sin novio, se siente insegura y lo pasa mal por ello. Así que el capullo de su ex, que lo sabe, se aprovecha de ello para buscarla cuando a él le da la gana. Ella dice que no, pero todas sabemos que está enamorada de él aunque se haya dado cuenta (a base de palos) de lo poquito que vale, cosa que nunca nos reconocerá a ninguna.

C ha tenido relaciones raras, largas, pero un rollo contigo ni sin ti que siempre acabó mal. Aunque empezó la carrera con A y conmigo, ella no acabó aún, se dio un año sabático en medio y desde entonces trabaja poniendo copas en diversos pubs de moda. Ella es la que me quita la magia de Disney, dice que ve demasiadas cosas por la noche y que ha perdido la fe en los hombres (aunque ella bien que liga, eh?). 

D es como mamá gallina, es como si viera a la generación de nuestros padres, tiene una mentalidad menos contemporánea que nosotras. Sólo ha tenido un novio, que es ahora su marido y el padre de sus hijos.

Y yo, yo siempre me he ilusionado con los chicos que me gustaban, que me han tratado bien, pensando que habría algo más y ellos sólo han querido un rato. No pierdo la esperanza, pero me han hecho mucho daño, he sufrido un montón. 

A siempre me dice que cuando no buscamos, es cuando encontramos de verdad (a ella le pasó así literalmente, hasta el punto de que se pasó meses dando largas al SuperA, siendo guapísimo, romántico y atento sólo porque no se sentía preparada para salir con alguien por aquel entonces. Ahora le entra el pánico a veces de pensar que por haberlo rechazado, hubiera perdido a su alma gemela) que encontraré a mi Super M cuando menos me lo espere. 

¿ Os indentificáis con alguna de nosotras? ¿Creéis que llegaré a conocer a mi Super M?



4 comentarios:

  1. Super M siempre aparece...pero cuando menos se le espera


    Tengo sorteo en mi blog por si te quieres pasar
    http://faubourg-st-honore.blogspot.com/
    besos y feliz puente

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  2. He empezado a leer hoy tu blog, por casualidad y me está gustando mucho. Me siento identificada con tu amiga A

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  3. Hola,

    Me alegra de que te guste leerlo, en realidad es mi vida sin aditivos, así supongo que más que alegría me reconforta saber que "hay alguien ahí". Y si te identificas con A, ¡tienes que ser fantástica!
    Un abrazo,

    Marina

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  4. Tú sí que eres fantástica, de verdad y sin conocerte! :D Soy Andrea (la del anónimo también) Es que antes no sabía poner el nombre. Un beso

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